Beatriz Álvarez

Entrevistas

Vamos ganando

BAJO LA BATUTA DE BEATRIZ ÁLVAREZ, LA LIGA FEMENINA DE FÚTBOL VIVE SU MEJOR MOMENTO. LA TELEVISIÓN, EL CONVENIO COLECTIVO Y LA LUCHA CONSTANTE REAFIRMAN SU PROFESIONALIZACIÓN.

EL FÚTBOL FEMENINO GANA ADEPTOS.

La victoria de la selección en el mundial y los acontecimientos posteriores, polémicas incluidas ha servido para situar bajo el foco un colectivo que lleva años, muchos, reclamando un lugar propio en el ‘universo fútbol’. Lograrlo es el empeño de Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F (Liga Profesional de Fútbol Femenino) desde junio de 2022, es decir, desde su creación. Cuando la competición vive su segunda temporada, las jugadoras ya tienen un convenio colectivo, un acuerdo para su retransmisión televisiva y encaran poco a poco, pero sin marcha atrás, el camino hacia su profesionalización definitiva.

—Exfutbolista, expresidenta de club (Oviedo Moderno), ex directora general del Deporte en Asturias y, desde hace año y medio, presidenta de la Liga F. Podría decirse que tiene una visión 360º del fútbol femenino.

Es cierto que haber vivido el fútbol femenino desde tan pequeña y desde diferentes posiciones me permite tener una visión más amplia, no sé si 360º… Creo que tengo que tener más experiencia y hay cuestiones que aprendo en el día a día, pero aprender es un reto también. Es cierto también que para mí, más que un proyecto profesional, es mi proyecto de vida.

—Desde esa visión, háganos un breve diagnóstico: ¿cuál es la realidad del fútbol femenino en este momento?

La realidad es que es el único deporte femenino profesional en España, es decir, somos unos aventajados sobre el resto de mujeres que practican deporte en este país. Veníamos de una situación de muchísimo estancamiento en la federación, de un camino tortuoso y lleno de trabas. Y en este primer año como liga profesional el camino no ha sido mu- cho más fácil. Pero algo que sí tiene el fútbol femenino es esa capacidad de resiliencia y ese espíritu reivindicativo desde lo positivo para seguir siempre dando pasos hacia adelante. Y hoy gozamos de una situación privilegiada, no solo con respecto al resto de deportes fe- meninos, sino también por la proyección que tiene ahora mismo el fútbol femenino a nivel social. Ahora tenemos un reto por delante, un proyecto precioso, que es la profesionalización, yendo de la mano de los clubes, y tratar de generar ahora un poco de la paz institucional que no ha habido nunca. Y dar ejemplo a la sociedad; mi objetivo es no solo ser un organizador de la competición, sino impactar en la sociedad y ser referente y símbolo de cambio para las niñas y las mujeres que quieren romper barreras y esos techos de cristal.

—Y con ese panorama, ¿animaría a su hija a intentar una carrera profesional en el fútbol?

Sí, claro. Tengo dos hijos y una hija y a todos les animaría a hacer lo que quieran. En ese sentido, naturalizo, porque lo llevo viviendo desde siempre, que practiquen cualquier tipo de deporte, que jueguen con cualquier tipo de juguete, no hago distinciones de género ni para educarles ni para las cosas que ellos decidan en su vida personal y laboral. A mi hija le encanta el fútbol, está todo el día con un balón, y ojalá, porque es algo que compartiríamos y con lo que yo disfrutaría mucho.

—¿Confía en que el mundial arrastre público también hacia la liga regular?

Confiamos. Los seguidores, tanto en televisión como en los campos, van poco a poco creciendo, pero el camino no es fácil. Debemos tratar de mejorar en muchos niveles: en ingresos comerciales, en la mejora del producto audiovisual, en fidelizar a los espectadores para que llenen estadios, en trabajar de la mano de los clubes para profesionalizar sus estructuras, en mejorar instalaciones… Esto acaba de empezar, llevamos un año como liga profesional y tenemos que marcarnos objetivos paso a paso, gol a gol, jugada a jugada.

—Usted fue muy crítica con Luis Rubiales.

Bueno, fue muy crítica también antes de este episodio, con la forma de entender la gestión del fútbol y del fútbol femenino en concreto, sufriendo muchas trabas e inconvenientes. La diferencia que ha habido ahora es que el mundo ha visto al troglodita que conocíamos nosotros y veníamos sufriendo. Ahora se abre una nueva era y va a haber cambios.

—El acuerdo con DAZN para retransmitir los partidos ¿era el impulso necesario?

Necesitábamos ser televisadas. Ya el fútbol femenino habíamos hecho una venta de derechos como asociación, no como liga profesional, en 2019. Y había tenido una repercusión, de la mano de Iberdrola, brutal. En 2020 fuimos invisibles y tuvimos un poco de retroceso. Y fue uno de los objetivos prioritarios cuando llegamos a esta liga, la venta de derechos audiovisuales de forma conjunta para empezar a tener ingresos. Los clubes venían de cero ingresos y la venta comercial, no solo patrocinadores de los clubes, sino también los partners que podemos conseguir desde liga F, son necesarios para que se profesionalicen los clubes. Además, existe una descompensación entre estructuras como las del Barca, Real Madrid o Atlético frente a otros, que son independientes, como el Sporting de Huelva o el Levante Las Planas, que solo tiene estructura de fútbol femenino. Había que ayudar a esos clubes a que generaran recursos para tener un nivel competitivo como el resto y también ayudar a los clubes de la liga para que no estuvieran permanentemente destinando fondos del masculino al femenino con pérdidas. Eso es lo que intentamos conseguir, que el fútbol femenino sea sostenible.

—El salario mínimo de 21.000 euros y la desaparición de los contratos parciales ¿es el paso definitivo para garantizar la profesionalización de las futbolistas?

No, es un paso más. El definitivo será elevar ese salario mucho más, intentar mejorar las condiciones de las futbolistas a todos los niveles y también de los clubes. Somos el único deporte femenino con convenio colectivo y eso nos hace tener una responsabilidad como punta de lanza para mostrar el camino.

—Sin comparaciones con el masculino…

Esa comparación con el masculino nos puede hacer mucho daño y generar frustración.

Somos dos industrias diferentes; el masculino lleva 40 años como liga profesional, genera unos ingresos de televisión de 2.000 millones al año, nosotros una media de siete. Debemos tener nuestro propio camino ascendente y en consonancia con esa mejora debe ir la mejora de las condiciones de las jugadoras. Ojalá algún día todo sea igual, pero no creo que tenga que ser nuestro pensamiento, hay que marcarse metas más realistas.

—Puestas las bases de la profesionalización, ahora faltan los ingresos. ¿Más que de venta de entradas, es cuestión de atraer patrocina- dores?. ¿Cómo?

La Liga profesional se creó en junio y en septiembre arrancaba la competición. Teníamos solo tres meses para hacer todo, organizar la competición, intentar que fuera retransmitida por televisión, conseguir un socio, patrocinadores, crear una estructura, una sede…, teníamos retos importantes en muy poco tiempo. Es cierto que la liga masculina nos tendió la mano, entre otras cosas porque compartimos clubes, de los 16 que hay en liga, 12 son de la profesional. Y se hizo un acuerdo con el que nos garantizaron 42 millones de euros para las próximas cinco temporadas, actuando LaLiga como agencia intentando llegar a patrocinadores. Ahora estamos con la búsqueda de un nuevo title sponsor y generando sinergias con nuevos patrocinadores. Ese es el camino, hacer crecer esa comunidad.

—¿Cuenta la Liga F con proyectos de apoyo a las jugadoras, similares a los de la masculina, para facilitar, por ejemplo, su inserción laboral?

Sí, tenemos un proyecto que nos encanta. Como autocrítica, tengo que decir que una de las grandes carencias que hemos tenido en los clubes es el haber perdido la cercanía con las futbolistas en este camino hacia la

profesionalización. Hemos creado una oficina de la jugadora con programas de formación, de atención psicológica para cuando dejan

su etapa deportiva y se incorporan al mundo laboral. Hemos abierto nuestras puertas a exfutbolistas para que trabajen en la Liga F, no solo en la oficina, también a través de la figura de directoras de partido, diez mujeres que serán el instrumento para llegar a las futbolistas, crear una comunicación con ellas, que nos trasladen sus inquietudes… Tenemos muchas ideas pare poner en marcha.

—¿Tiene la sensación de que es ahora o nunca?

Creo que es ahora. Lo de nunca, no sé, quizás podría ser también en otro momento. Es ahora y tenemos que aprovechar esta corriente de apoyo al fútbol femenino, no ya de la gente que era seguidora, sino de personas que, en

el supermercado o en una terraza, hablan de Jeniffer Hermoso. Tenemos que aprovechar esa corriente de apoyo social que nos acompaña, también al empoderamiento de la mujer, la naturalización de que no hay deportes de niños y de niñas… Es el momento de como dice nuestro lema, ‘vamos ganando’…, vamos ganando impulso, apoyo, en ilusión, en espectadores, es el mensaje que tenemos que lanzar: es el momento ahora y por eso vamos ganando.


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